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domingo, 21 de junio de 2015

ESTILO DE PELEAS


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 Las artes marciales ―‘artes militares’― son prácticas y tradiciones codificadas cuyo objetivo es someter o defenderse mediante la técnica. Hay varios estilos y escuelas de artes marciales que habitualmente excluyen el empleo de armas de fuego y otro armamento moderno. Lo que diferencia a las artes marciales de la mera belicosidad con violencia física (peleas callejeras) es la organización de sus técnicas en un sistema coherente y la codificación de métodos efectivos. En la actualidad las artes marciales se practican por diferentes razones, que incluyen la salud, la protección personal, el desarrollo personal, la disciplina mental, la forja del carácter y la autoconfianza. Además, puesto que el significado estricto es el de ‘artes militares’, por extensión se aplica a todo tipo de forma de lucha cuerpo a cuerpo y a la esgrima antigua. Por esta asociación con la lucha y con las armas, incluye conocimientos relativos a sistemas que tradicionalmente se han considerado modalidades deportivas (por ejemplo, el boxeo, la esgrima, el tiro con arco y la lucha libre).

La historia de las técnicas militares de lucha se remonta a los orígenes de la humanidad. A partir del siglo XIX surge el concepto moderno de artes marciales.
El término «artes marciales» se deriva de los caracteres hechos por chinos wǔ shù 武術 y wǔ yì 武藝.
El diccionario chino-inglés Chinese-English Diction (1882), de Herbert A. Giles, traduce wǔ yì como ‘artes militares’. No se emplea el término wǔ shù hasta 1931, en el Chinese-English Dictionary, de Mathews. El término también aparece en 1920, en el Japanese-English Dictionary, de Takenobu, en la traducción del japonés bu-gei (武芸) o bu-jutsu (武術) como ‘el oficio o desempeño de los asuntos militares’. Otras pronunciaciones comunes del par de caracteres 武術 son mou seut en cantonés y võ-thuật en vietnamita.
En China, durante el Periodo Republicano, de 1928 a 1949, los sistemas de lucha chinos se denominaron guoshu o kuoshu (國術, ‘habilidad nacional’).1
El origen del concepto de artes marciales está relacionado con la irrupción de la edad moderna en este de Asia en el siglo XIX. Este fenómeno supuso la transformación de las estructuras sociales feudales, el empleo de las armas de fuego que hacían perder vigencia a las formas tradicionales de lucha y la desaparición de los principios por los que se regía el mundo oriental.
El nombre marcial, proviene de Marte, el dios de la guerra romano. Las artes marciales orientales, en algunos casos, se practicaban en círculos cerrados o eran distintivas de una élite relacionada con la milicia y la nobleza, como fue el caso de los guerreros samurái,2 3 y su contenido iba mucho más allá de lo que constituía el entrenamiento de las tropas.
En China y en Corea, por el contrario, en el siglo XIX y comienzos del XX se veía con desprecio a las artes marciales y a sus practicantes, debido al auge del confucionismo, como parte de las políticas de estado. Eso debilitó el componente militar de la nación.4 Cuando las artes militares tradicionales perdieron su lugar crucial en el dominio de la sociedad y la defensa del país, se transformaron en una opción para el desarrollo de la nación con objeto de mejorar física y espiritualmente a la población, lo que ha contribuido a que se pierda gran parte del conocimiento de las aplicaciones prácticas de las mismas.


Escenas de lucha en las tumbas egipcias de Beni Hassan.
En la actualidad las artes marciales tradicionales orientales aún incluyen la práctica de un código ético preciso que tiene sus raíces en el confucionismo chino, el sintoísmo japonés y la espiritualidad del budismo zen (chan 禪). Además, algunas artes marciales, como el tai chi chuan, se preservan como una práctica para mejorar la salud física y mental.
A partir de esta situación surgieron en Japón los do (o ‘vías’) como el judo, el karate-do, el aikidō, el kendo, el kobudo. A través de estas artes, en Corea se inventaron más tarde el taekwondo, el hapkido y el tangsudo. En China se inventó el chuan fa o kung fu dio lugar más tarde al wushu.
El éxito de las artes marciales surgidas como una reinterpretación de las artes militares históricas, propició que se recuperasen en diversas culturas los sistemas de lucha con y sin armas tradicionales. Así, en Japón se diferencian las antiguas tradiciones o escuelas clásicas conocidas como (koryu budo) con relación a las artes marciales tradicionales modernas surgidas tras la restauración Meiji (1868) o (gendai budo), y en China las artes marciales de China que derivaron en el wushu moderno.
Algunas artes marciales, y en particular las artes marciales originadas en China, Japón y Corea, van más allá de las aplicaciones físicas e incluyen conocimientos de traumatología, regulación psicofísica (chi kung (qigong), terapéutica (acupuntura, digitopuntura, herboristería) y otras áreas relacionadas con la medicina china tradicional. Esto es una extensión natural del arte marcial debido a que, a un nivel avanzado, las técnicas sacan provecho de un detallado conocimiento de la fisiología y funcionamiento energético en el organismo del adversario con objeto de incrementar la eficiencia de las mismas.
Además, los practicantes de diversas artes marciales tradicionales han comenzado a redescubrir los diferentes métodos de construcción de armas antiguas, desde la forja de espadas al ensamblaje de catapultas y torres de asedio, a la reproducción de armaduras y vestidos y a la investigación de las costumbres y conocimientos tradicionales pertenecientes a estas técnicas.